Raspalls

2023-09-28 /
/ 2023-11-18

BIO

Lluis Salvador, Valencia 1978.

Artista visual y agitador cultural. Su proyecto #raspallart, con la utilización de Raspalls como herramienta de creación, es el eje principal de su propuesta artística.

Raspall, (cepillo en castellano): utensilio consistente en un mango y una base, sobre la cual se fijan filamentos flexibles llamados cerdas, aptos para limpiar, tallar, lavar, eliminar suciedad ..entre otros usos menos comunes. Existen diversos tipos diferenciados por los materiales con los que se hacen, la forma que tienen, la manera en que se fabrican y el uso al que están destinados. Ya sea un raspall de dientes o uno de grandes dimensiones para limpiar la fruta.

El Raspall, definido como una herramienta para limpiar, para eliminar lo que existe o para borrar texturas, se convierte en la obra de Lluís Salvador en una herramienta de creación. Cada raspall dejará en la obra la huella de los materiales con los que fue creado. También la memoria del uso para el que fue concebido. Cada diálogo entre herramienta y obra es único.

El #RaspallArt propone una reflexión creativa en torno a la materialidad y la deconstrucción que permite el uso subversivo de una herramienta destructiva.

Se cepilla todo lo que puedo !! Al innovar con la herramienta de creación todo es cepillable..desde el espacio público a vehículos, ropa, menaje, tablas de surf o skate, calzado, cuadros, etc. También participa en otros proyectos en la ciudad de Valencia.

– Director de Zedre Art&Bikes
– Director y comisario de la Trini espai d’art
– Codirector de Surf Music&Friends VLC
– Cocreador junto con el creativo Ricardo Vilar del proyecto Raspall Icons
– Director de Arte en la maleta

EXPOSICIÓN

El Raspall, definido como una herramienta para limpiar, para eliminar lo que existe o para borrar texturas, se convierte en la obra de Lluís Salvador en una herramienta de creación. Cada raspall dejará en la obra la huella de los materiales con los que fue creado. También la memoria del uso para el que fue concebido. Cada diálogo entre herramienta y obra es único.



«Raspalls»

Con este título, el artista valenciano Lluis Salvador nos da las claves de su última exposición, ya que pone de manifiesto la importancia del proceso en la creación de su obra.

Esta técnica define su lenguaje pictórico. Consiste en raspar o retirar selectivamente capas de pintura de una superficie para crear efectos de texturas y formas, al tiempo que revela capas subyacentes de pintura. Elimina y agrega capas a modo de palimpsesto. Para desarrollarla se pueden utilizar herramientas de lo más diverso como espátulas, cuchillos, paletas o cualquier otro tipo de objeto con la intención de raspar o rayar la pintura en áreas específicas. No obstante, Lluis apuesta exclusivamente por el cepillo tradicional.

Este procedimiento lo utiliza en numerosos soportes como papel o telas. La aplicación de capas de pintura y su posterior presión con el cepillo sobre la superficie húmeda, crea efectos de texturas y patrones relacionados con la gestualidad y expresividad del artista, atendiendo, en gran medida, a patrones de composición. El procedimiento más usual es raspar la pintura seca y revelar las capas de colores subyacentes. A esta técnica, comúnmente, se la denomina “sgraffito”, un procedimiento ampliamente usado en la historiografía del arte. Si retrotraemos la mirada a otras épocas, vemos que artistas como Rembrant ya lo utilizaban en sus retratos y grabados. Si nos fijamos en artistas más contemporáneos encontramos a Jean-Mitchel Basquiat, que utiliza esta técnica para agregar capas en sus pinturas abstractas o Ansel Kiefer, expresionista abstracto que usa pintura acrílica para crear texturas ásperas que luego raspa para provocar el abismo metafísico. Son numerosos los ejemplos: Antoni Tàpies que genera profundidad, fragmentación, destrucción y, sobre todo, emoción; Diebenkorn que en su serie “Ocean Park” agrega detalles y crea superficies o Frank Auerbach, destacado pintor británico que utiliza pinceladas espesas y raspado en sus retratos expresionistas para crear una sensación de profundidad y movimiento. No obstante, uno de los referentes más destacados de la obra de Lluis Salvador es Manuel Millares, pintor expresionista abstracto vinculado al movimiento “El Paso”, cuya obra es definida como “pintura de materias”. Un pintor que ha dejado una profunda huella en la creación artística contemporánea del panorama español. A propósito de la obra de Lluis, viendo los referentes que como el resto de artistas tiene, ha llevado esta técnica un paso más allá. Lo ha relacionado con el Graffitti, y lo ha incorporado a multitud de objetos cotidianos, creando un lenguaje que le hace fácilmente reconocible. Es un pintor que utiliza los colores principales como son el rojo, amarillo y azul, pero es, sin ninguna duda, el negro el que está presente en todos y cada uno de sus trabajos. Es una pintura que funciona perfectamente en cualquier formato y dimensión, pero, en mi opinión, es cuando se aplica a paredes con texturas variables y de gran dimensión cuando vemos todo su potencial de una manera definitiva. Un artista muy vinculado a movimientos sociales, muy relacionado con la contemporaneidad y, sobre todo, con un lenguaje muy actual en la forma, el lugar y el momento.

Toni_Calderón. Historiador y Crítico de Arte.



«La sinfonía silenciosa de Lluis Salvador»

Para Lluis Salvador, el raspall o cepillo deja de ser una simple herramienta, para convertirse en el eje fundamental de su trabajo artístico. Un instrumento destinado a borrar, alisar o destruir, que cesa de restar para comenzar a sumar trazos. Códigos de líneas oscilantes que combinan la espontaneidad y el azar con la expresión gestual del artista. Su proceso creativo no se autocensura ni sigue una dirección determinada. Utiliza un método fluido e inmediato que se abre a la experiencia y genera un torrente de imágenes. Donde los filamentos flexibles que componen la herramienta de trabajo, se combinan con la presión e intensidad de la propia acción pictórica. Ofreciendo como resultado composiciones de rayas paralelas en movimiento, que a modo de patrones de ondas nos recuerdan a la naturaleza. Líneas quebradas e imperfectas realzadas por un juego audaz y equilibrado de geometría. Un diálogo entre el artista y la herramienta que se vuelve hipnótico.

La técnica del cepillado arrastra la pintura, diluyendo la intensidad del color en diferentes direcciones y provocando un gesto dinámico que enfatiza el movimiento. El cepillo, en contra de la finalidad para la que fue creado, adhiere material pictórico sobre la superficie, no lo barre; creando un patrón geométrico de lineas e intersecciones aleatorias, que genera una tensión visual.

Existe una proactividad hacia el minimalismo y la abstracción pospictórica, que se convierte en la gran fuerza impulsora del proceso creativo. Un trabajo que explora el impacto de la automatización y las nuevas tecnologías en el arte, cuestionando el sistema de valores actual de la pintura y la práctica artística. Una dirección que destaca el componente artesano y performántico, con obras fruto del gesto rápido, limpio y certero que rompen la homogeneidad y monotonía.

En los últimos años la obra de Lluis Salvador ha evolucionado hasta cultivar un particular vocabulario visual, que cuestiona los protocolos y procedimientos de la pintura. Su trabajo, que ya se expandía de forma libre en murales rurales y urbanos, ahora da un paso más con piezas que trascienden los géneros. Expande la pintura a los territorios propios de la escultura y la instalación, con el fin de evitar encasillamientos limitadores. Una búsqueda constante de nuevas perspectivas dentro del campo pictórico, donde la propia pintura en un estado sólido-maleable, se convierte en el soporte que recibe el cepillado. Como consecuencia nos encontramos ante un lienzo matérico formado a base de pintura, que nos propone reflexionar sobre los conceptos tradicionales del mundo del arte. Piezas que cuelgan de los muros, se apoyan en el suelo o nos visten, en el más amplio concepto pictórico.

El trabajo de Lluis Salvador nos sorprende con pinturas minimalistas, ópticamente activas, elegantes y corpóreas. Obras que presentan una coreografía muda de pentagramas sin notas musicales, a la espera de que nosotros mismos compongamos nuestra melodía.

Óscar García García. Comisario, cofundador de PAC y director de JUSTMAD y JUSTLX