Blanco Anyó presenta sus dos líneas de trabajo: En la serie Landscapes de pinturas negras, sus obras nos invitan a un encuentro con nuestro yo profundo, a través de un momentáneo y placentero estado de hipnosis, generado por la sinuosidad e infinitud de sus trazos y de los caprichosos paisajes que éstos generan mediante el reflejo de la luz. Por otro lado, la serie Arenas, recurre a esa misma gestualidad inconsciente para acercarse al mismo objetivo que persigue el «karesansui» o jardín seco japonés, que persigue la serenidad espiritual a través del placer de la belleza.